Día de regla.

Las pocas chicas que nos siguen saben de lo que hablo, lo chicos que nos leen, supongo que se hacen una idea de lo que es un día de regla en las chicas, porque aunque no lo tengan, seguro que alguna vez lo padecen en su compañera sentimental o amiga cercana.

Un día de regla es aquel en que los anuncios de compresas nos hacen creer que todo es maravilloso, que tienen la regla, y todo son sonriras, tonos azules cielo de anuncio de tv, que  transcurre para la chica como un día normal, lleno de dinamismo, de felicidad, de ganas de vivir la vida y ser una misma, pero con la regla.

PUES NO!!!. Un día de regla, es aquel día en que la chica se levanta hecha polvo, con dolores menstruales, de mala ostia, con dolor de cabeza, cansancio, y deseando que pase esa puta fecha en el calendario menstrual que tanto altera su vida.

Aunque no lo penseis, en el enduro hay días de regla.

Son días en los que el cuerpo dice no, la máquina dice no, el terreno dice no, y sobre todo la mente dice no, para que lo que en principio prometía  una salida de disfrute montañero, se convierta en un auténtico calvario de despropósitos encima de una motocicleta.

Como os iba contando, el día se presentaba propicio para la moto…. Ruta de Sarria Offroad, temperatura casi ideal, luce el sol, máquina preparada y reluciente, traje preparado no tan reluciente, barritas energéticas, bebida energética, plátanos, muchos compañeros preparados para salir a castigar la montaña y el cuerpo en un ambiente ideal de disfrute motero.

Así que a las 8.30 estaba el personal en la línea de salida de la ruta, todo el mundo espectante, nervisioso, y con ganas de disfrutar y de sufrir. Motos, quads, atv, buggies, coches, todos con los motores preparados para invadir la montaña con sus rugidos.

Nos saca con coche guía la Policia Local de Sarria como cuando los cabreros pasan un día al año las ovejas por el centro de Madrid, pero esta es una transhumancia distinta, esta suena a rugido de motor, a olor a aceite y gasolina, a pura adrenalina a punto de aflorar…

La gente en las ventanas y en las aceras observa nuestro ruidoso paso con caras que mezclan admiración, rechazo, sorpresa y la medía sonrisa del pensamiento tipo » a donde irá toda esta tropa, hay que tener ganas con el frío que hace de andar en los trastos eses…».

Despues de cruzar el pueblo y con los motores calientes y los músculos aún fríos, se aparta el coche policial y dejamos el asfalto para meternos en nuestro medio natural, la tierra. Como en la pruebas del motor, los primeros colocados, los que más ansia de gas tienen se colocan en las primeras posiciones y comienzan a darle al mango sin contemplaciones y los que estamos por el medio o cerca del final, comenzamos a darle al mango con nuestras restricciones típicas: «Coño que ya se me escapan estos de adelante, joder que frío esté el motor, estoy entumecido por el frío, si yo vengo a dar un paseo tranquilo disfrutando del monte,bla bla bla,…» OSTIAS!!! A tomar por culo lo del paseo…. BRASA JODER!!! que se me escapan los de adelante y me tragan los de atrás.

Y así,,,, en menos de lo que canta un gallo, ya estamos todos llendo como cabras, cada uno a su nivel , pero como putas cabras!. Y en menos de 0,0, ya estás medio sudadando con la adrenalina diciéndote: «que ya estoy aquí en tu cuerpo segregando a tope» y tu mente cantándote: » espabila papón que te quedas atrás».

Y lo que pasa siempre: entre que vas frío, estás medio dormido, la adrenalina que te castiga, el cuerpo que no responde, la moto que hace lo que le sale de la polla, ya te ves que en cualquier momento te sales y ya te comes la primera ostia, y esas amigos,…. esas primeras ostias joden pero muy mucho.

Y en estas estábamos, cuando empecé a notar que no  tenía el día, que la moto no iba por donde quería que fuera, que rebotaba mucho, que parecía que me iba a caer, y eso todo, empieza a pulular en la mente y esta ordena a la mano que baje el gas, y por consiguiente el de adelante a tomar por culo de distancia y ya no lo veía. Tan tonto iba que miro hacia atrás y traía un carabana de motos como la M40 en fin de semana.

Y para acabar de rematar la tontería voy y con la pana que llevaba encima me salto un desvío y toda la carabana detrás de mi por sitio equivocado. Es decir, unas 30 motos atascados en un callejón sin salida dando la vuelta como se podía. Ese fué el momento en que me di cuenta de que tenía la regla.

Así que como piensa un futbolista cuando no tiene el día, pense en que iba a acabar el partido como mejor pudiese y pasar el trámite con decencia y me dediqué a pasear a un ritmo de niño con Mini Feber en el parque. Nada de extremas ni de historietas, que tenía el día de regla.

Pero bueno, dentro de un día malo, me lo pase bien, porque no todos los días sales con tanta gente al monte y eso no se puede desaprovechar. Me dediqué a ser mero observador de las peripecias de los demás e intentar aprender de los buenos y no copiar de los malos.

DSC_0008

Calma y buena letra, pasadas por las alternativas guardando la decencia y ver motos y charlar con la gente cuando esta estaba dispuesta a tomarse un respiro.

Como siempre tengo que pegarme un tortazo, aunque sea mínimo,este llego puntual a media ruta cuando en una pista que iba solo hice un caballito por pintar la mona y no sé aun ahora en que carajo pegé que desequilibró la moto y me vi arrastrado por la tierra unos pocos metros y la moto arrastrando delante mía. Cuando me levanté, me sacudí la tierra, miré que no me había visto nadie (uno sigue tieniendo su decencia) y después del oportuno, me cago en……, fuí a recoger la moto y valorar daños.

Estaba ella tumbada en el suelo, apagada y cuando miré para ella me dió la sensación de que esta recobraba vida y me estaba diciendo: «¿Pero que me haces gilipollas?, ¿no ves que estás de regla?.

Después de mirarla medio acobardado, pidiéndole disculpas mentales, le pedí permiso para que me dejara seguir y le prometí que desde ese  momento sería bueno, que no iba a pagar mis «penurias endurísticas con ella» y que tendríamos un paseo idílico, que nos respetaríamos como pareja de amantes, llegaríamos al final de la ruta, le frotaría la espalda en el lavadero  y que a la noche comeríamos perdices o lo que nos tubiese preparado los de la organización.

Y así fué el día, cambié el chip enduro, por el chip trail, ritmo relajado, si te apagas yo te enciendo, si me llevas para un lado, pongo la pierna y te sujeto; y tu y yo vamos a pasarlo lo mejor que podamos.

Con la aparición de la cordura en nuestra relación y con un trazado paisajístico y muy, pero que muy bien marcado por la organización, pasamos el día.

Al llegar la noche la dejé en el garage lavadita y sin nada roto; yo me vestí de calle para cenar con todos los compañeros de corredurías offroad. Una gran cena, rica y abundante, precedida de una comida en Baralla muy apetitosa y unida a la compañía de los que como a mí, les apasionan los hierros, hicieron que el día de regla pasase rápido y fuese productivo, porque incluso amigos, desde que nacemos siempre estamos aprendiendo cosas y los días de regla también sirven para aprender para los otros días en los que no la tienes.


Deja un comentario